Dr. Murilo Vásquez

Hola, Sra. Renata. Estoy bien, gracias. Sí, realmente causa mucha vergüenza. Y lo curioso en relación al mal aliento es que quienes lo tienen no logran percibir el olor desagradable que desprenden. Son los demás quienes lo notan y sienten vergüenza al decir: “Mira, tu aliento no está bien”. A veces, ni toda la confianza del mundo justifica una actitud como esa y el problema no se enfrenta como debería.

El olor está tan ligado a las emociones que un aliento desagradable puede provocar repulsión y alejamiento, muchas veces, irreversible.

Parejas pueden superar desencuentros, vencer diferencias de personalidad y formas de ver la vida, e incluso olvidar errores cometidos por uno de ellos, pero es muy difícil que logren superar la incomodidad del mal aliento en uno de los socios.

Pero creo que el mal aliento interfiere no solo en la relación social o amorosa. El paciente con halitosis grave siente vergüenza de exponerse, de hablar y de convivir socialmente. A veces, no logra progresar en el campo profesional porque siente vergüenza al establecer un diálogo abierto y habla con la mano en la boca.

Por lo tanto, el problema social causado por la halitosis es muy serio y preocupa a una gran parte de la población. Hay estudios que muestran que el 14% de las personas padecen de halitosis a los 14 años. Entre los 40 y 65 años, ese número se eleva al 47% y por encima de los 65 años, el 67% sufre de halitosis constante. Sin embargo, el 100% de los individuos manifiestan una forma esporádica del problema en algún momento de sus vidas.